lunes, 3 de agosto de 2020

Entrevista a Martín Kohan

Acerca de su reciente libro Me acuerdo

 -Imagino que leíste los Me acuerdo de Perec y de Brainard. ¿Qué te sugirieron?

 -Me sugirieron ni más ni menos que la escritura de este libro. Porque el impulso de escritura no provino de mi vida, ni de mi infancia, ni de mis recuerdos; sino de la lectura deslumbrada de Brainard y de Perec. Mi propia vida nunca me interesó como objeto de escritura, y de hecho, sigue sin interesarme. Pero al leer esos dos “Me acuerdo”, sentí el deseo de escribir un texto así. Este libro sale de aquellos libros, no de mi vida.

 

-¿Tu Me acuerdo surge de una necesidad tuya o de una propuesta editorial?

 -Lo que nació en mí fue la necesidad de escribir un “Me acuerdo”, sin todavía la intención de publicarlo como libro. Cuando el texto fue avanzando, apareció la idea de editarlo. Consulté la opinión de muchas personas, entre ellas, las de Malumián y López Winne, los editores de Godot. Todos dijeron que sí. Y entonces yo también dije que sí.

 

-¿Cómo fue el proceso de reconstrucción de la memoria? ¿Descartaste recuerdos, salió de un tirón, lo trabajaste a largo plazo? ¿Hasta qué punto opera la emoción en ese regreso al pasado?

 -La escritura de un “Me acuerdo” va marcando un ritmo bien definido; si uno logra acompasarse a eso, los recuerdos van viniendo, convocados por la escritura (por la escritura, más que por uno mismo). Eso funcionó en cuatro o cinco tandas. Cuando se cortaba el hilo, paraba. Lo que descarté fue cosas que había repetido en el texto, que había escrito dos veces y hasta tres, y que me había olvidado (porque fue preciso olvidar mucho para poder escribir “Me acuerdo”). No hubo proceso de reconstrucción de la memoria, sólo registrar el instante en el que un recuerdo aparecía. Y las emociones personales, hubo que dejarlas a un lado; la escritura de un “Me acuerdo” exige contención y abstención, para escribir ni más ni menos que una lista de recuerdos y no una narración de la memoria, no una evocación autobiográfica.

 

-La década que aborda es la del ’70, años difíciles de la Argentina.

-Así es. Pero yo la viví en la infancia (nací en 1967). Por lo tanto, y por mi historia personal, no sabía que esos años que estaban pasando eran años difíciles. Supe después que lo habían sido.


-Gabriel Báñez solía decir que veía argumentos ambulantes en lugar de personas. ¿Te parece que en cada individuo late su propio I remember?

-En cada individuo late una memoria. Eso es seguro. Pero para escribir un “Me acuerdo”, hay que disponerse a enumerar los recuerdos, haciéndose uno mismo a un lado. No es tan fácil hacerse uno mismo a un lado, sobre todo cuando los recuerdos son propios.

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